Residuos de Construcción o Demolición, comúnmente denominados RCD. O más comúnmente aún: escombros procedentes de obras y demoliciones. ¿Alguien se ha parado a pensar dónde acaban estos residuos? ¿Existe un lugar específico para ellos? Aunque suelan ser los grandes olvidados, efectivamente los RCD deben gestionarse siguiendo un protocolo, desde su retirada hasta su eliminación, pasando por un proceso de valorización. Un ciclo que solo se da en plantas autorizadas como Grupo Layna, te lo contamos de primera mano…
Reformas, demoliciones, pequeñas y grandes obras, rehabilitaciones… son muchas las situaciones en las que se producen los Residuos de Construcción y Demolición (RDC), que además pueden ser de muchos tipos. Desde tierras y áridos mezclados (alrededor de un 9%), a piedras (5%), restos de hormigón (12%) a cristales, plásticos, yesos y maderas, pasando por ladrillos o restos de pavimentos asfálticos.
En definitiva, una larga lista de materiales que aunque no tienen un alto nivel contaminante –incluso podríamos decir que es relativamente bajo-, sí poseen un gran impacto visual debido a su volumen.
¿Cómo deben tratarse los RCD?
Dependiendo de la situación en la que se den, veamos:
¿Cuál es el proceso de gestión de los RCD?
Lo explicaremos paso a paso:
Llegados a este punto, todos los residuos que no han podido aprovecharse de alguna manera se depositan en el vertedero.
Bonus track: Para los más interesados en este tema, cabe indicar que aunque la definición de RCD podría abarcar prácticamente cualquier cosa, no es así. De hecho existe un reglamento, la Lista Europea de Residuos (Lista LER) en la que se detallan los tipos de residuos y las operaciones de valorización y eliminación de residuos.
Después de todo esto, y ahora que los RCD o escombros ya no son esos grandes desconocidos, esperamos que contéis con una empresa especializada como Grupo Layna para su tratamiento. Como en todos nuestros servicios garantizamos un proceso correcto y legal, seguro y respetuoso con el medio ambiente.